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Job 4:8-21 Reina Valera Gómez (RVG)

8. Como yo he visto, los que aran iniquidad y siembran injuria, la siegan.

9. Perecen por el aliento de Dios, y por el soplo de su furor son consumidos.

10. El rugido del león, y la voz del león, y los dientes de los leoncillos son quebrantados.

11. El león viejo perece por falta de presa, y los hijos del león son dispersados.

12. El asunto también me era a mí oculto; mas mi oído ha percibido algo de ello.

13. En imaginaciones de visiones nocturnas, cuando el sueño cae sobre los hombres,

14. me sobrevino un espanto y un temblor, que estremeció todos mis huesos;

15. y un espíritu pasó por delante de mí, que hizo se erizara el pelo de mi carne.

16. Se paró un fantasma delante de mis ojos, cuyo rostro yo no conocí, y quedo, oí que decía:

17. ¿Será el mortal más justo que Dios? ¿Será el hombre más puro que su Hacedor?

18. He aquí que en sus siervos no confía, y notó necedad en sus ángeles;

19. ¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro, cuyo fundamento está en el polvo, y que serán quebrantados por la polilla!

20. De la mañana a la tarde son destruidos, y se pierden para siempre, sin haber quien lo considere.

21. Su hermosura, ¿no se pierde con ellos mismos? Mueren, aun sin sabiduría.

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