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Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Números 14 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Entonces toda la congregación gritó y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche.

2. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y toda la multitud les dijo: ¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! ¡Ojalá hubiéramos muerto en este desierto!

3. ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada y que nuestras esposas y nuestros pequeños sean una presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?

4. Y se decían el uno al otro: Nombremos un capitán, y volvámonos a Egipto.

5. Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel.

6. Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rasgaron sus vestidos;

7. y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla es tierra en gran manera buena.

8. Si Jehová se agrada de nosotros, él nos llevará a esa tierra y nos la entregará; es una tierra que fluye leche y miel.

9. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra, porque son como pan para nosotros; su amparo se ha apartado de ellos y con nosotros está Jehová. No los temáis.

10. Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel.

11. Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de menospreciar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me han de creer con todas las señales que he hecho en medio de ellos?

12. Yo los heriré de mortandad y los desheredaré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos.

13. Y Moisés respondió a Jehová: Entonces lo oirán los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu poder,

14. y se lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en una columna de nube, y de noche en una columna de fuego.

15. Y si haces morir a este pueblo como a un solo hombre, las naciones que hayan oído tu fama hablarán, diciendo:

16. Porque no pudo Jehová hacer entrar a este pueblo en la tierra que había jurado darles, los mató en el desierto.

17. Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo:

18. Jehová, que es tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la transgresión y que no deja impune al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación.

19. Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.

20. Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu palabra.

21. Mas, ciertamente vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra,

22. todos los que vieron mi gloria y las maravillas que hice en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han escuchado mi voz,

23. no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han menospreciado la verá.

24. Pero mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu y me ha seguido fielmente, yo le llevaré a la tierra donde entró y su descendencia la recibirá en heredad.

25. Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el valle; volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar Rojo.

26. Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:

27. ¿Hasta cuándo he de soportar esta depravada multitud que murmura contra mí? He oído las querellas de los hijos de Israel que de mí se quejan.

28. Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros.

29. En este desierto caerán vuestros cuerpos; todos los que fuisteis contados según vuestra cuenta, de veinte años arriba, los cuales habéis murmurado contra mí.

30. Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano jurando haceros habitar en ella, exceptuando a Caleb hijo de Jefone y a Josué hijo de Nun.

31. Mas a vuestros pequeños, de los cuales dijisteis que serían una presa, yo los haré entrar allí, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis.

32. Y en cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto.

33. Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto durante cuarenta años, y ellos llevarán las consecuencias de vuestras fornicaciones, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto.

34. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades durante cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.

35. Yo, Jehová, he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.

36. Y los hombres que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquella tierra,

37. aquellos hombres que habían hablado mal de la tierra, murieron de una plaga delante de Jehová.

38. Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.

39. Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se afligió mucho.

40. Y se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Jehová, porque hemos pecado.

41. Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis el mandato de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien.

42. No subáis, porque Jehová no está en medio de vosotros, no sea que seáis heridos delante de vuestros enemigos.

43. Porque el amalecita y el cananeo están allí delante de vosotros, y caeréis a espada, por cuanto habéis dejado de seguir a Jehová; por eso no estará Jehová con vosotros.

44. Sin embargo, se obstinaron en subir a la cima del monte; mas ni el arca del pacto de Jehová ni Moisés se apartaron de en medio del campamento.

45. Y descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en aquel monte y los hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.