Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Eclesiastés 4:1-8 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. Luego me fijé en tanta opresión que hay en esta vida. Vi llorar a los oprimidos, y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores, y no había quien los consolara.

2. Y consideré más felices a los que ya han muerto que a los que aún viven,

3. aunque en mejor situación están los que aún no han nacido, los que no han visto aún la maldad que se comete en esta vida.

4. Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!

5. El necio se cruza de brazos,y acaba muriéndose de hambre.

6. Más vale poco con tranquilidadque mucho con fatiga …¡corriendo tras el viento!

7. Me fijé entonces en otro absurdo en esta vida:

8. vi a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos, y que nunca dejaba de afanarse; ¡jamás le parecían demasiadas sus riquezas! «¿Para quién trabajo tanto, y me abstengo de las cosas buenas?», se preguntó. ¡También esto es absurdo, y una penosa tarea!

Leer capítulo completo Eclesiastés 4