Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Santiago 3:3-9 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

3. Y si no, vean cómo conseguimos que nos obedezcan los caballos: poniéndoles un freno en la boca, somos capaces de dirigir todo su cuerpo.

4. Lo mismo los barcos: incluso los más grandes y en momentos de recio temporal, son gobernados a voluntad del piloto por un timón muy pequeño.

5. Así es la lengua: un miembro pequeño, pero de insospechable potencia. ¿No ven también cómo una chispa insignificante es capaz de incendiar un bosque inmenso?

6. Pues bien, la lengua es fuego con una fuerza inmensa para el mal: instalada en medio de nuestros miembros, puede contaminar a la persona entera y, atizada por los poderes del infierno, es capaz de arrasar el curso entero de la existencia.

7. El ser humano ha domado y sigue domando toda clase de fieras, aves, reptiles y animales marinos.

8. Sin embargo, es incapaz de domeñar su lengua, que es incontrolable, dañina y está repleta de veneno mortal.

9. Con ella bendecimos a nuestro Padre y Señor, y con ella maldecimos a los seres humanos a quienes Dios creó a su propia imagen.

Leer capítulo completo Santiago 3