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1 Reyes 20:19-32 La Palabra Versión Española (BLP)

19. Los que habían salido de la ciudad eran los escuderos de los gobernadores de provincias, y el ejército salió tras ellos.

20. Cada uno mató a su contrincante, y los sirios huyeron, perseguidos por los israelitas. Benadad, el rey de Siria, logró escapar a caballo con algunos jinetes.

21. Salió también el rey de Israel, atacó a la caballería y a los carros e infringió a los sirios una gran derrota.

22. El profeta se acercó al rey de Israel y le dijo:—Anda, refuérzate y piensa bien lo que tienes que hacer, porque dentro de un año el rey de Siria volverá a atacarte.

23. Por su parte, los oficiales del rey de Siria le dijeron:—Su Dios es dios de los montes y por eso nos han derrotado. Si los atacamos en la llanura, seguro que los venceremos.

24. Te aconsejamos, pues, hacer lo siguiente: quita a los reyes y sustitúyelos por gobernadores.

25. Organiza luego un ejército como el que has perdido, con igual número de caballos y carros. Los atacaremos en la llanura y sin duda los venceremos.Benadad atendió sus razones y actuó en consecuencia.

26. Al año siguiente Benadad pasó revista al ejército sirio y partió hacia Afec para luchar contra Israel.

27. También los israelitas pasaron revista, se aprovisionaron y salieron al encuentro de los sirios. Cuando acamparon frente a ellos, parecían dos rebaños de cabras, mientras que los sirios ocupaban todo el terreno.

28. Un hombre de Dios se acercó al rey de Israel y le dijo:—Así dice el Señor: Puesto que los sirios han dicho que el Señor es un dios de los montes y no de los valles, entregaré en tu poder a ese ejército tan numeroso, para que reconozcáis que yo soy el Señor.

29. Durante siete días estuvieron acampados unos frente a otros. Al séptimo día se entabló la batalla: los israelitas derrotaron a los arameos y mataron en un solo día a cien mil soldados de infantería.

30. Los supervivientes se refugiaron en la ciudad de Afec. Pero la muralla se desplomó sobre los veintisiete mil supervivientes. Benadad también huyó y entró en la ciudad, escondiéndose de casa en casa.

31. Sus oficiales le dijeron:—Hemos oído decir que los reyes de Israel suelen ser clementes. Vamos a vestirnos con sacos y con una cuerda al cuello; nos presentaremos así al rey de Israel, a ver si te perdona la vida.

32. Se vistieron con sacos y con cuerdas al cuello y se presentaron ante el rey de Israel, diciendo:—Tu siervo Benadad te suplica que le perdones la vida.Ajab respondió:—Pero, ¿todavía vive? ¡Es mi hermano!

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