29. Jesús les contestó:— Yo también voy a preguntarles una cosa. Respóndanme y les diré con qué derecho hago todo esto.
30. ¿De quién recibió Juan el encargo de bautizar: de Dios o de los hombres? ¡Respóndanme!
31. Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si contestamos que lo recibió de Dios, él dirá: ‘¿Por qué, pues, no le creyeron?’
32. Pero ¿cómo vamos a decir que lo recibió de los hombres?”. Y es que temían la reacción del pueblo, porque todos tenían a Juan por profeta.