16. ¡Vive el Señor, que me ha protegido en todos los pasos que tuve que dar! Mi rostro sedujo a Holofernes para su propia perdición, pero no cometió conmigo ningún pecado que me hubiera manchado y deshonrado.
17. El pueblo entero estaba totalmente atónito. Cayeron de rodillas y oraron a Dios, exclamando a una voz:— ¡Bendito eres, Dios nuestro, que en este día has humillado a los enemigos de tu pueblo!
18. Ozías le dijo a Judit:— ¡Hija mía, que el Dios Altísimo* te bendiga más que a todas las mujeres de la tierra! ¡Bendito sea Dios, el Señor, que creó los cielos y la tierra y te guió para que cortaran la cabeza al jefe de nuestros enemigos!
19. Jamás caerá en el olvido la confianza que has mostrado, y que será siempre para todos un recuerdo del poder de Dios.
20. Que Dios te exalte eternamente y te colme de todo bien, pues no dudaste en arriesgar tu vida al ver cómo nuestro pueblo era humillado; al contrario, nos libraste de la ruina actuando rectamente en presencia de nuestro Dios.Todo el pueblo respondió entonces: “¡Así sea! ¡Así sea!”.