17m. Pero ahora, que hemos pecado contra ti, nos has entregado en manos de nuestros enemigos, por habernos rendido ante sus dioses en adoración. Y tú, Señor, eres justo.
17n. Pero ellos no se contentan con tenernos sometidos a una amarga esclavitud*, sino que han jurado ante sus dioses anular tus designios, destruir tu heredad, cerrar la boca de los que te alaban y extinguir el esplendor de tu Templo y tu altar.
17o. Señor, no entregues tu cetro a dioses que nada son, ni permitas tampoco que otros se burlen de nuestra desgracia: vuelve sus propósitos contra ellos mismos, y castiga ejemplarmente al que inició esto contra nosotros.