Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Macabeos 8:32-36 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

32. Mataron también al jefe de escolta de Timoteo, un individuo impío que había hecho sufrir mucho a los judíos.

33. Mientras celebraban la victoria en Jerusalén, quemaron a los que habían incendiado las puertas del Templo, incluido Calístenes, quien, habiéndose refugiado en una choza, recibió el castigo que merecía su profanación.

34. En cuanto al tres veces criminal Nicanor, que había traído miles de mercaderes dispuestos a comprar judíos,

35. quedó humillado, con ayuda del Señor, por aquellos que él tenía en el mayor desprecio. Despojado de sus ricas vestiduras, huyó en soledad a través de los campos hasta llegar a Antioquía, siendo con todo mucho más afortunado que su ejército, que había sido aniquilado.

36. Y el que se había propuesto pagar el tributo a los romanos con la venta de los prisioneros de Jerusalén, ahora proclamaba que los judíos eran invulnerables, porque seguían las leyes que Dios, su defensor, les había dado.

Leer capítulo completo 2 Macabeos 8