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2 Macabeos 8:23-36 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

23. Después ordenó a Eleazar que leyera el libro sagrado y que les diera como contraseña la voz “Dios ayuda”. Luego, poniéndose él mismo al mando del primer cuerpo, atacó a Nicanor.

24. Contando a su favor con el Todopoderoso, mataron a más de nueve mil enemigos, hirieron y dejaron fuera de combate a la mayor parte del ejército de Nicanor y obligaron a huir a los que quedaban.

25. Se apoderaron también del dinero de los que habían venido a comprarlos; luego los persiguieron por un largo trecho; pero, como se hacía tarde, tuvieron que regresar,

26. ya que era la víspera del sábado y no podían continuar la persecución.

27. Una vez recogidas las armas y el botín de los enemigos celebraron el sábado, alabando al Señor y dándole gracias por haberlos salvado aquel día y haber comenzado a mostrarles su misericordia.

28. Pasado el sábado, dieron parte del botín a las víctimas de la persecución: las viudas y los huérfanos. El resto lo repartieron entre ellos y sus hijos.

29. Después, todos juntos oraron, suplicando al Señor misericordioso que se reconciliara plenamente con sus siervos.

30. Después de esto, combatiendo contra Timoteo y Báquides, les causaron más de veinte mil bajas y se apoderaron de importantes fortificaciones situadas sobre los montes. Luego dividieron en partes iguales el gran botín conseguido y lo distribuyeron entre ellos y las víctimas de la persecución, a saber: los huérfanos, las viudas y los ancianos.

31. Recogieron las armas abandonadas por sus enemigos y las depositaron en sitios estratégicos. El resto del botín lo llevaron a Jerusalén.

32. Mataron también al jefe de escolta de Timoteo, un individuo impío que había hecho sufrir mucho a los judíos.

33. Mientras celebraban la victoria en Jerusalén, quemaron a los que habían incendiado las puertas del Templo, incluido Calístenes, quien, habiéndose refugiado en una choza, recibió el castigo que merecía su profanación.

34. En cuanto al tres veces criminal Nicanor, que había traído miles de mercaderes dispuestos a comprar judíos,

35. quedó humillado, con ayuda del Señor, por aquellos que él tenía en el mayor desprecio. Despojado de sus ricas vestiduras, huyó en soledad a través de los campos hasta llegar a Antioquía, siendo con todo mucho más afortunado que su ejército, que había sido aniquilado.

36. Y el que se había propuesto pagar el tributo a los romanos con la venta de los prisioneros de Jerusalén, ahora proclamaba que los judíos eran invulnerables, porque seguían las leyes que Dios, su defensor, les había dado.

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