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2 Macabeos 4:26-46 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

26. Así Jasón, que había suplantado a su propio hermano, fue también suplantado por otro y se vio forzado a escapar al país de los amonitas.

27. En cuanto a Menelao, una vez alcanzado el poder, ya no se preocupó de pagarle al rey el dinero prometido,

28. a pesar de las reclamaciones de Sóstrates, jefe de la ciudadela y encargado de cobrar los impuestos. Por esa razón, los dos fueron convocados ante el rey.

29. Menelao dejó a su hermano Lisímaco como sucesor en el cargo de sumo sacerdote; y Sóstrates dejó a Crates, el jefe de los mercenarios chipriotas.

30. Mientras sucedían estas cosas, los habitantes de Tarso y de Malos se sublevaron, porque sus ciudades habían sido regaladas a Antióquida, la concubina del rey.

31. El rey partió apresuradamente para poner en orden las cosas, dejando en lugar suyo a Andrónico, un alto personaje de la corte.

32. Menelao, pensando que la ocasión le era propicia, robó del Templo algunos objetos de oro y se los dio a Andrónico. Otros los vendió en Tiro y en las ciudades vecinas.

33. Cuando Onías* —que se había retirado a Dafne, lugar cercano a Antioquía y que gozaba de inmunidad— supo con toda evidencia lo sucedido, reprochó a Menelao su conducta.

34. Entonces Menelao llamó en secreto a Andrónico y le encargó que matara a Onías. Andrónico se presentó a Onías y, aunque este no acababa de creerle, le tendió la mano derecha en señal de juramento, lo persuadió con astucia para que saliera de su lugar de refugio e inmediatamente lo mató, sin mostrar respeto alguno por la justicia.

35. El injusto asesinato de este hombre no sólo provocó indignación y tristeza entre los judíos, sino también entre mucha gente de otras naciones.

36. Así que cuando el rey regresó de las regiones de Cilicia, tanto los judíos de la ciudad como los griegos, que reprobaban el crimen cometido, se dirigieron a él en protesta por la muerte de Onías.

37. Antíoco se entristeció profundamente y lloró conmovido al recordar la prudencia y la gran sensatez del difunto.

38. Luego, lleno de ira, despojó a Andrónico de su manto de púrpura, desgarró sus vestiduras e hizo que lo condujeran por toda la ciudad hasta el lugar en que había cometido el impío asesinato de Onías. Allí lo hizo ajusticiar; de este modo el Señor le dio el castigo merecido.

39. Lisímaco, contando con la aprobación de Menelao, cometió innumerables robos en Jerusalén. El pueblo, al enterarse, se levantó contra Lisímaco, aun cuando para entonces ya habían desaparecido muchos objetos de oro.

40. Al ver aquella muchedumbre sublevada y enfurecida, Lisímaco armó cerca de tres mil hombres y dio principio a una cruel represión, dirigida por un tal Auranos, un hombre entrado en años y falto de juicio.

41. Cuando el pueblo vio que Lisímaco los atacaba, unos se armaron de piedras, otros de palos, y otros, tomando puñados de ceniza que allí había, la lanzaban con violencia contra los hombres de Lisímaco.

42. De este modo hirieron a muchos, mataron a otros, y a todos los demás los pusieron en fuga. En cuanto al sacrílego Lisímaco, lo mataron junto al tesoro del Templo.

43. Por estos hechos se entabló un proceso contra Menelao,

44. de manera que, cuando el rey llegó a Tiro, tres hombres, designados por el Consejo de Ancianos, le presentaron la oportuna acusación.

45. Viéndose perdido, Menelao prometió una fuerte suma de dinero a Tolomeo, hijo de Dorimeno, para que convenciera en su favor al rey.

46. Tolomeo, con el pretexto de tomar un poco de aire fresco, llevó al rey a una galería donde hizo que cambiara de parecer

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