2. No, pues en el corazón cometéis iniquidad; la violencia de vuestras manos repartís en la tierra.
3. Desde la matriz están desviados los impíos; desde su nacimiento se descarrían los que hablan mentiras.
4. Tienen veneno como veneno de serpiente; son como una cobra sorda que cierra su oído,
5. que no oye la voz de los que encantan, ni siquiera al más diestro encantador.
6. Oh Dios, rompe los dientes de su boca; quiebra las muelas de los leoncillos, Señor.