37. Para Dios no hay nada imposible.
38. Entonces María dijo:–Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!Con esto, el ángel se fue.
39. Por aquellos días, María se dirigió de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea,
40. y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.