1. Una vez terminaron de comer y beber, decidieron irse a dormir y condujeron a Tobías a la habitación.
2. Recordando entonces Tobías lo que Rafael le había dicho, sacó el hígado y el corazón del pez de la bolsa que llevaba, y los puso sobre las brasas del incienso.
3. El olor del pez hizo que el demonio se alejara y saliera huyendo por el aire hacia las regiones de Egipto. Rafael se fue tras él y lo encadenó allí al instante.