23. Jesús siguió su camino hasta la casa del jefe judío. Cuando llegó, vio a los músicos preparados para el entierro, y a mucha gente llorando a gritos.
24. Jesús les dijo: «Salgan de aquí. La niña no está muerta, sino dormida.»La gente se rió de Jesús.
25. Pero una vez que sacaron a todos, Jesús entró, tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.
26. Todos en esa región supieron lo que había pasado.
27. Cuando Jesús salió de allí, dos ciegos lo siguieron y comenzaron a gritarle:—¡Jesús, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros!
28. Los ciegos siguieron a Jesús hasta la casa. Y cuando ya estaban adentro, Jesús les preguntó:—¿Creen ustedes que puedo sanarlos?Ellos respondieron:—Sí, Señor; lo creemos.