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San Mateo 8:14-32 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

14. Jesús fue a casa de Pedro y encontró a la suegra de éste en cama, con mucha fiebre.

15. Jesús la tocó en la mano y la fiebre se le quitó. Entonces ella se levantó y le dio de comer a Jesús.

16. Al anochecer, la gente llevó a muchas personas que tenían demonios. Jesús echó a los demonios con una sola palabra, y también sanó a todos los enfermos que estaban allí.

17. Así, Dios cumplió su promesa, tal como lo había anunciado el profeta Isaías en su libro: «Él nos sanó de nuestras enfermedades».

18. Jesús vio que mucha gente lo rodeaba. Por eso, ordenó a sus discípulos que lo acompañaran al otro lado del Lago de Galilea.

19. Cuando llegaron allá, un maestro de la Ley se le acercó y le dijo:—Maestro, yo te acompañaré a dondequiera que vayas.

20. Jesús le contestó:—Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero yo, el Hijo del hombre, no tengo un lugar donde descansar.

21. Otro de sus discípulos le dijo después:—Señor, dame permiso para ir primero a enterrar a mi padre; luego te seguiré.

22. Jesús le contestó:—¡Deja que los muertos entierren a sus muertos! ¡Tú, sígueme!

23. Jesús subió a la barca y se fue con sus discípulos.

24. Todavía estaban navegando cuando se desató una tormenta tan fuerte que las olas se metían en la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.

25. Entonces sus discípulos fueron a despertarlo:—¡Señor Jesús, sálvanos, porque nos hundimos!

26. Jesús les dijo:—¿Por qué están tan asustados? ¡Qué poco confían ustedes en Dios!Jesús se levantó y les ordenó al viento y a las olas que se calmaran, y todo quedó muy tranquilo.

27. Los discípulos preguntaban asombrados:—¿Quién será este hombre, que hasta el viento y las olas lo obedecen?

28. Cuando Jesús llegó a la región de Gadara, que está a la otra orilla del lago, dos hombres que tenían demonios salieron de entre las tumbas. Eran tan peligrosos que nadie podía pasar por ese camino. Cuando los dos hombres se acercaron a Jesús,

29. los demonios gritaron:—¡Jesús, Hijo de Dios!, ¿qué vas a hacernos? ¿Vas a castigarnos antes del juicio final?

30. No muy lejos de allí había muchos cerdos, y

31. los demonios le suplicaron a Jesús:—Si nos sacas de estos hombres, déjanos entrar en esos cerdos.

32. Jesús les dijo:—Entren en ellos.Los demonios salieron de los dos hombres y entraron en los cerdos. Entonces todos los cerdos corrieron sin parar, hasta que cayeron en el lago, donde se ahogaron.

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