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San Mateo 18:10-11-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

10-11. »Recuerden: No desprecien a ninguno de estos pequeños, porque a ellos los cuidan los ángeles del cielo.

12. »¿Qué opinan? Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se da cuenta de que ha perdido una, ¿acaso no deja las otras noventa y nueve en la montaña y se va a buscar la oveja perdida?

13. Y si la encuentra, de seguro se alegrará más por esa oveja que por las otras noventa y nueve que no se habían perdido.

14. De la misma manera, el Dios y Padre de ustedes no quiere que ninguno de estos pequeños se pierda y quede separado de él para siempre.

15. »Si uno de mis seguidores te hace algo malo, habla con él a solas para que reconozca su falta. Si te hace caso, lo habrás ganado de nuevo.

16. Si no te hace caso, llama a uno o dos seguidores míos, para que te sirvan de testigos. La Biblia enseña que toda acusación debe hacerse frente a dos o más testigos.

17. Y si aquel no les hace caso, infórmalo a la iglesia. Y si tampoco quiere hacerle caso a la iglesia, tendrás que tratarlo como a los que no creen en Dios, o como a uno de los que cobran impuestos para el gobierno de Roma.

18. »Les aseguro que cualquier cosa que ustedes prohíban aquí en la tierra, desde el cielo Dios la prohibirá. Y cualquier cosa que ustedes permitan, también Dios la permitirá.

19. »Les aseguro que si dos de ustedes se ponen de acuerdo, aquí en la tierra, para pedirle algo a Dios que está en el cielo, él se lo dará.

20. Porque allí donde dos o tres de ustedes se reúnan en mi nombre, allí estaré yo.

21. Entonces Pedro se acercó a Jesús y le preguntó:—Señor, si un miembro de la iglesia me hace algo malo, ¿cuántas veces debo perdonarlo? ¿Sólo siete veces?

22. Jesús le contestó:—No basta con perdonar al hermano sólo siete veces. Hay que perdonarlo una y otra vez; es decir, siempre.

23. »En el reino de Dios sucede algo parecido a lo que cierta vez sucedió en un país. El rey mandó llamar a sus empleados para que le informaran cómo andaban sus negocios y para que le pagaran todo lo que le debían.

24. »Cuando comenzó a sacar cuentas, le llevaron un empleado que le debía sesenta millones de monedas de plata.

25. Como el empleado no tenía dinero para pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa y sus hijos, y que vendieran también todo lo que tenía. Así, con el dinero de esa venta, la deuda quedaría pagada.

26. »Pero el empleado se arrodilló delante del rey y le suplicó: “Señor, déme usted un poco más de tiempo y le pagaré todo lo que le debo.”

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