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San Mateo 17:13-27 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

13. Los tres discípulos entendieron que Jesús estaba hablando de Juan el Bautista.

14. Cuando llegaron a donde estaba la gente, un hombre se acercó a Jesús, se arrodilló ante él

15. y le dijo:—¡Señor, ten compasión de mi hijo y ayúdalo! Está muy enfermo y sufre de terribles ataques. Muchas veces, cuando le da un ataque, cae al fuego o al agua.

16. Lo traje para que tus discípulos lo sanaran, pero no han podido hacerlo.

17. Jesús contestó:—Ustedes están confundidos y no confían en Dios. ¿Acaso no pueden hacer nada sin mí? ¿Cuándo van a aprender? ¡Tráiganme aquí al muchacho!

18. Jesús reprendió al demonio que estaba en el muchacho, y lo obligó a salir. El muchacho quedó sano.

19. Poco después, los discípulos llamaron a Jesús aparte y le preguntaron:—¿Por qué nosotros no pudimos sacar ese demonio?

20-21. Jesús les respondió:—Porque ustedes no confían en Dios. Les aseguro que si tuvieran una confianza tan pequeña como un grano de mostaza, podrían ordenarle a esta montaña que se moviera de su lugar, y los obedecería. ¡Nada sería imposible para ustedes!

22. Mientras viajaban juntos por la región de Galilea, Jesús les dijo a sus discípulos: «Mis enemigos me van a traicionar,

23. y me matarán. Pero yo, el Hijo del hombre, resucitaré al tercer día.»Al oír eso, los discípulos se pusieron muy tristes.

24. Cuando Jesús y sus discípulos llegaron al pueblo de Cafarnaúm, los que cobraban el impuesto para el templo fueron a preguntarle a Pedro:—¿Paga tu maestro el impuesto para el templo?

25. Pedro contestó:—Sí, lo paga.Cuando Pedro entró en la casa donde estaban todos, Jesús le habló primero y le dijo:—Dime, Pedro, ¿a quiénes cobran los reyes impuestos y contribuciones? ¿A los ciudadanos de su reino, o a los extranjeros?

26. Pedro contestó:—A los extranjeros.Jesús dijo:—Entonces, los ciudadanos del reino no tienen que pagar impuestos.

27. Sin embargo, para que estos cobradores no se enojen, ve al mar y echa tu anzuelo. Ábrele la boca al primer pez que saques, y allí encontrarás una moneda. Toma ese dinero, y paga mi impuesto y el tuyo.

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