29. La gente que pasaba por allí insultaba a Jesús y se burlaba de él, haciéndole muecas y diciéndole: «¡Hey! Tú dijiste que podías destruir el templo y construirlo de nuevo en tres días.
30. ¡Si tienes tanto poder, sálvate a ti mismo! ¡Baja de la cruz!»
31. También los sacerdotes principales y los maestros de la Ley se burlaban de él, y se decían entre sí: «Salvó a otros, pero no puede salvarse a sí mismo.
32. Dice que es el Mesías, el rey de Israel. ¡Pues que baje de la cruz y creeremos en él!»Y también insultaban a Jesús los bandidos que habían sido clavados a su lado.
33. Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, el cielo se puso oscuro.
34. A esa hora, Jesús gritó con mucha fuerza: «Eloí, Eloí, ¿lemá sabactani?» Eso quiere decir: «¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?»
35. Algunos de los que estaban allí lo oyeron, y dijeron: «Oigan, está llamando al profeta Elías.»
36. Uno de ellos consiguió una esponja, la empapó con vinagre, la ató al extremo de un palo largo, y se la acercó a Jesús para que bebiera. Entonces dijo: «Vamos a ver si Elías viene a bajarlo de la cruz.»
37. Jesús lanzó un fuerte grito y murió.
38. En aquel momento, la cortina del templo se partió en dos pedazos de arriba abajo.
39. El oficial romano que estaba frente a Jesús lo vio morir, y dijo:—En verdad este hombre era el Hijo de Dios.