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San Marcos 11:7-21 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

7. Luego pusieron sus mantos sobre el burro, lo llevaron a donde estaba Jesús, y Jesús se montó sobre él.

8. Mucha gente empezó a extender sus mantos sobre el camino por donde iba a pasar Jesús. Algunos cortaban ramas de los árboles del campo, y también las ponían en el suelo como alfombra.

9. Y toda la gente, tanto la que iba delante de Jesús como la que iba detrás, gritaba:«¡Sálvanos!¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios!

10. ¡Que Dios bendiga el futuro reinadode nuestro antepasado David!Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!»

11. Cuando Jesús entró en Jerusalén, fue al templo y se puso a ver cómo estaba todo. Pero como ya era tarde, se fue con sus discípulos al pueblo de Betania.

12. Al día siguiente, Jesús y sus discípulos salieron de Betania. En el camino, Jesús tuvo hambre.

13. A lo lejos vio una higuera que tenía hojas pero, cuando se acercó, no encontró ningún higo para comer. El árbol sólo tenía hojas, porque todavía no era época de higos.

14. Entonces Jesús le dijo al árbol: «¡Que nadie vuelva a comer de tus higos!» Y sus discípulos lo oyeron.

15. Cuando llegaron a Jerusalén, Jesús entró en el templo y empezó a sacar de allí a los que estaban vendiendo y comprando. Derribó las mesas de los que cambiaban dinero de otros países por dinero del templo, y también derribó los cajones de los que vendían palomas.

16. Y Jesús no dejaba que nadie anduviera por el templo llevando cosas.

17. Luego se puso a enseñar a la gente y le dijo: «Dios dice en la Biblia: “Mi casa será llamada ‘Casa de oración para todos los pueblos’.” Pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones.»

18. Cuando los sacerdotes principales y los maestros de la Ley escucharon a Jesús, empezaron a buscar la forma de matarlo. Y es que le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada por lo que enseñaba.

19. Al llegar la noche, Jesús y sus discípulos salieron de la ciudad.

20. A la mañana siguiente, Jesús y sus discípulos pasaron junto a la higuera, y vieron que se había secado hasta la raíz.

21. Pedro recordó lo que había pasado el día anterior, y le dijo a Jesús:—Maestro, ¡mira! El árbol que maldijiste está seco.

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