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San Marcos 10:29-48 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

29. Jesús les respondió:—Les aseguro que quien haya dejado algo por seguirme y por anunciar las buenas noticias, recibirá su premio. Si dejó a sus hermanos o hermanas, a su padre o a su madre, a sus hijos, su casa o algún terreno,

30. recibirá en esta vida cien veces más casas, terrenos y familiares, aunque también será maltratado por sus enemigos. Y cuando muera, vivirá con Dios para siempre;

31. pero muchos que ahora son importantes, serán los menos importantes; y muchos que ahora no son importantes, serán los más importantes.

32. Los discípulos iban confundidos, mientras Jesús caminaba delante de ellos hacia Jerusalén. Por su parte, los otros seguidores estaban llenos de miedo. Jesús volvió a reunirse a solas con los doce discípulos, y les contó lo que le iba a pasar:

33. «Como pueden ver, ahora vamos a Jerusalén. Y a mí, el Hijo del hombre, me entregarán a los sacerdotes principales y a los maestros de la Ley. Me condenarán a muerte y me entregarán a los enemigos de nuestro pueblo,

34. para que se burlen de mí, y para que me escupan en la cara y me maten; pero después de tres días resucitaré.»

35. Sus discípulos Santiago y Juan, que eran hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron:—Maestro, queremos que nos hagas un favor.

36. Jesús les preguntó:—¿Qué es lo que quieren?

37. Ellos le contestaron:—Por favor, cuando estés en tu reino poderoso, déjanos sentarnos a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

38. Jesús respondió:—Ustedes no saben lo que piden. ¿Están dispuestos a sufrir todo lo malo que va a pasarme?

39. Ellos dijeron:—Sí, lo estamos.Jesús les dijo:—Les aseguro que ustedes sufrirán mucho, igual que yo.

40. Pero sólo Dios decide quiénes serán los más importantes en mi reino. Eso no lo decido yo.

41. Cuando los otros diez discípulos supieron lo que Santiago y Juan habían pedido, se enojaron con ellos.

42. Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo:—Ustedes saben que los que se sienten jefes y grandes señores se portan como los amos del mundo e imponen su autoridad sobre todos.

43. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguien quiere ser importante, tendrá que servir a los demás.

44. Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos.

45. Yo, el Hijo del hombre, soy así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para liberar a la gente que es esclava del pecado, y para lograrlo pagaré con mi vida.

46. Jesús y sus discípulos pasaron por la ciudad de Jericó, y al salir de allí mucha gente los siguió. Junto al camino estaba sentado un ciego que pedía limosna. Se llamaba Bartimeo hijo de Timeo.

47. Cuando Bartimeo oyó que Jesús de Nazaret estaba pasando por allí, empezó a gritar:—Jesús, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame!

48. La gente comenzó a reprender al ciego para que se callara, pero él gritaba con más fuerza todavía:—Señor, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame!

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