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San Marcos 10:11-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

11. Él les respondió: «Si un hombre se divorcia de su esposa y se casa con otra mujer, comete pecado, pues sería infiel a su esposa.

12. Y si la mujer deja a su esposo y se casa con otro hombre, también comete el mismo pecado.»

13. Hubo quienes llevaron a sus niños para que Jesús los tocara y los bendijera. Pero los discípulos las regañaron.

14. Al ver Jesús lo que estaban haciendo sus discípulos, se enojó con ellos y les dijo:«Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son como ellos.

15. Les aseguro que quien no confía en Dios como lo hace un niño, no puede ser parte del reino de Dios.»

16. Jesús tomó en sus brazos a los niños y, poniendo sus manos sobre ellos, los bendijo.

17. Mientras Jesús iba de camino, un hombre llegó corriendo, se arrodilló delante de él y le preguntó:—Maestro bueno, dime, ¿qué debo hacer para tener vida eterna?

18. Jesús le contestó:—¿Por qué dices que soy bueno? Sólo Dios es bueno.

19. Tú conoces bien los mandamientos: No mates, no seas infiel en tu matrimonio, no robes, no mientas para hacerle daño a otra persona, no hagas trampas, obedece y cuida a tu padre y a tu madre.

20. El hombre le dijo:—Maestro, todos esos mandamientos los he obedecido desde que era niño.

21. Jesús lo miró con amor y le dijo:—Sólo te falta hacer una cosa. Ve y vende todo lo que tienes, y reparte ese dinero entre los pobres. Así, Dios te dará un gran premio en el cielo. Después de eso, ven y conviértete en uno de mis seguidores.

22. Al oír esto, el hombre se puso muy triste y se fue desanimado, porque era muy rico.

23. Jesús miró a su alrededor y dijo a sus discípulos:—¡Es muy difícil que una persona rica acepte a Dios como su rey!

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