Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

San Lucas 8:31-44 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

31. Los demonios le rogaron a Jesús que no los mandara al abismo, donde se castiga a los demonios.

32. Cerca de allí, en un cerro, había muchos cerdos comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús que los dejara entrar en esos animales, y él les dio permiso.

33. Los demonios salieron del hombre y se metieron dentro de los cerdos. Entonces los cerdos corrieron cuesta abajo, y cayeron en el lago y se ahogaron.

34. Cuando los hombres que cuidaban los cerdos vieron lo que había pasado, corrieron al pueblo y les contaron a todos lo sucedido.

35. La gente fue a ver qué había pasado. Al llegar, vieron sentado a los pies de Jesús al hombre que antes había tenido los demonios. El hombre estaba vestido y se comportaba normalmente, y los que estaban allí temblaban de miedo.

36. Los que vieron cómo Jesús había sanado a aquel hombre, empezaron a contárselo a todo el mundo.

37. Entonces los habitantes de la región de Gerasa le rogaron a Jesús que se fuera de allí, porque tenían mucho miedo.Cuando Jesús subió a la barca para regresar a Galilea,

38. el hombre que ahora estaba sano le rogó a Jesús que lo dejara ir con él. Pero Jesús le dijo:

39. «Vuelve a tu casa y cuéntales a todos lo que Dios ha hecho por ti.»El hombre se fue al pueblo y contó todo lo que Jesús había hecho por él.

40. Cuando Jesús regresó a Galilea, la gente lo recibió con mucha alegría, pues lo había estado esperando.

41. En ese momento llegó un hombre llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga. Se acercó a Jesús, se inclinó hasta el suelo y le suplicó que fuera a su casa,

42. porque su única hija, que tenía doce años, se estaba muriendo.Jesús se fue con Jairo. Mucha gente los siguió y se amontonó alrededor de Jesús.

43. Entre esa gente estaba una mujer enferma. Desde hacía doce años tenía una enfermedad que le hacía perder mucha sangre. Había gastado todo su dinero en médicos, pero ninguno había podido sanarla.

44. Ella se acercó a Jesús por detrás, tocó levemente su manto, y enseguida quedó sana.

Leer capítulo completo San Lucas 8