Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

San Juan 18:7-24 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

7. Entonces, Jesús volvió a preguntarles:—¿A quién buscan?—A Jesús de Nazaret —respondieron de nuevo.

8. —Ya les dije que soy yo —contestó Jesús—. Si es a mí a quien buscan, dejen ir a mis seguidores.

9. Esto sucedió para que se cumpliera lo que el mismo Jesús había dicho: «No se perdió ninguno de los que me diste.»

10. En ese momento, Simón Pedro sacó su espada y le cortó la oreja derecha a Malco, que era uno de los sirvientes del jefe de los sacerdotes.

11. De inmediato, Jesús le dijo a Pedro:—Guarda tu espada. Si mi Padre me ha ordenado que sufra, ¿crees que no estoy dispuesto a sufrir?

12. Los soldados de la tropa, con su capitán y los guardias del templo, arrestaron a Jesús y lo ataron.

13. Primero lo llevaron ante Anás, el suegro de Caifás, que ese año era el jefe de los sacerdotes.

14. Tiempo atrás, Caifás les había dicho a los jefes judíos que les convenía más la muerte de un solo hombre, con tal de salvar a todo el pueblo.

15. Simón Pedro y otro discípulo siguieron a Jesús. Como el otro discípulo conocía al jefe de los sacerdotes, entró con Jesús en el palacio de Anás.

16. Pero al ver que Pedro se quedó afuera, salió y habló con la muchacha que cuidaba la entrada, para que lo dejara entrar.

17. Ella le preguntó a Pedro:—¿No eres tú uno de los seguidores de ese hombre?—No, no lo soy —respondió Pedro.

18. Como hacía mucho frío, los sirvientes del jefe de los sacerdotes y los guardias del templo hicieron una fogata para calentarse. También Pedro se acercó a ellos para hacer lo mismo.

19. El jefe de los sacerdotes empezó a preguntarle a Jesús acerca de sus discípulos y de lo que enseñaba.

20-21. Jesús le dijo:—¿Por qué me preguntas a mí? Yo he hablado delante de todo el mundo. Siempre he enseñado en las sinagogas y en el templo, y nunca he dicho nada en secreto. Pregúntales a los que me han escuchado. Ellos te dirán lo que he dicho.

22. Cuando Jesús dijo esto, uno de los guardias del templo lo golpeó en la cara y le dijo:—¡Ésa no es manera de contestarle al jefe de los sacerdotes!

23. Jesús le respondió:—Si dije algo malo, dime qué fue. Pero si lo que dije está bien, ¿por qué me golpeas?

24. Luego Anás envió a Jesús, todavía atado, a Caifás, el jefe de los sacerdotes.

Leer capítulo completo San Juan 18