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San Juan 1:7-28 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

7. para que hablara con la gente y la convenciera de creer en la luz.

8. Juan no era la luz; él sólo vino para mostrar quién era la luz.

9. Y la luz verdadera pronto llegaría a este mundo.

10. Aquel que es la Palabra estaba en el mundo.Dios creó el mundopor medio de aquel que es la Palabra,pero la gente no lo reconoció.

11. La Palabra vino a vivir a este mundo,pero su pueblo no la aceptó.

12. Pero aquellos que la aceptarony creyeron en ella,llegaron a ser hijos de Dios.

13. Son hijos de Diospor voluntad divina,no por voluntad humana.

14. Aquel que es la Palabrahabitó entre nosotrosy fue como uno de nosotros.Vimos el poder que le pertenececomo Hijo único de Dios,pues nos ha mostradotodo el amor y toda la verdad.

15. Juan habló de aquel que era la Palabra, y anunció: «Ya les había dicho que él estaba por llegar. Él es más importante que yo, porque existe desde antes de que yo existiera.»

16-18. Dios nos dio a conocer sus leyes por medio de Moisés, pero por medio de Jesucristo nos hizo conocer el amor y la verdad. Nadie ha visto a Dios jamás; pero el Hijo único, que está más cerca del Padre, y que es Dios mismo, nos ha enseñado cómo es él. Gracias a lo que el Hijo de Dios es, hemos recibido muchas bendiciones.

19-20. Los jefes de los judíos que vivían en Jerusalén enviaron a algunos sacerdotes, y a otros ayudantes del templo, para que le preguntaran a Juan quién era él. Juan les respondió claramente:—Yo no soy el Mesías.

21. Y ellos volvieron a preguntarle:—¿Eres Elías?Juan les respondió:—No; no soy Elías.Pero los sacerdotes y sus acompañantes insistieron:—¿Eres tú el profeta que Dios iba a enviar?—No —dijo Juan.

22. Finalmente, le dijeron:—Tenemos que llevar una respuesta a los que nos enviaron. Dinos, ¿quién eres tú?

23. Juan les hizo recordar:—Yo soy el que grita en el desierto: “Prepárenle el camino al Señor”.

24-25. Entonces los mensajeros de los fariseos le dijeron a Juan:—Si tú no eres el Mesías, ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?

26. Juan contestó:—Yo bautizo con agua. Pero hay entre ustedes uno a quien todavía no conocen.

27. Aunque yo he llegado antes, él es más importante que yo, y ni siquiera merezco ser su esclavo.

28. Todo esto pasó en el pueblo de Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan bautizaba.

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