Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 8:17-29 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

17. Entonces Pedro y Juan pusieron sus manos sobre la cabeza de cada uno, y todos ellos recibieron el Espíritu Santo.

18. Al ver Simón que la gente recibía el Espíritu Santo cuando los apóstoles les ponían las manos sobre la cabeza, les ofreció dinero a los apóstoles y les dijo:

19. —Denme ese mismo poder que tienen ustedes. Así yo también podré darle el Espíritu Santo a quien le imponga las manos.

20. Pero Pedro le respondió:—¡Vete al infierno con todo y tu dinero! ¡Lo que Dios da como regalo, no se compra con dinero!

21. Tú no tienes parte con nosotros, pues bien sabe Dios que tus intenciones no son buenas.

22-23. Claramente veo que tienes envidia, y que no puedes dejar de hacer lo malo. Tienes que dejar de hacerlo. Si le pides perdón a Dios por tus malas intenciones, tal vez te perdone.

24. Simón les suplicó:—¡Por favor, pídanle a Dios que me perdone, para que no me vaya al infierno!

25. Antes de volver a Samaria, Pedro y Juan compartieron con la gente el mensaje del Señor. Después regresaron a la ciudad de Jerusalén, pero en el camino fueron anunciando a los samaritanos las buenas noticias del reino de Dios.

26. Un ángel del Señor se le apareció a Felipe y le dijo: «Prepárate para cruzar el desierto, y dirígete al sur por el camino que va de la ciudad de Jerusalén a la ciudad de Gaza.»

27-28. Felipe obedeció. En el camino se encontró con un hombre muy importante, pues era oficial y tesorero de la reina de Etiopía. Ese oficial había ido a Jerusalén para adorar a Dios, y ahora volvía a su país.El oficial iba sentado en su carruaje, leyendo el libro del profeta Isaías.

29. Entonces el Espíritu de Dios le dijo a Felipe: «Acércate al carruaje, y camina junto a él.»

Leer capítulo completo Hechos 8