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Hechos 16:20-35 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

20. Allí les dijeron a los jueces: «Estos judíos están causando problemas en nuestra ciudad.

21. Enseñan costumbres que nosotros, los romanos, no podemos aceptar ni seguir.»

22. También la gente comenzó a atacar a Pablo y a Silas. Los jueces ordenaron que les quitaran la ropa y los golpearan en la espalda.

23. Después de golpearlos bastante, los soldados los metieron en la cárcel y le ordenaron al carcelero que los vigilara muy bien.

24. El carcelero los puso en la parte más escondida de la prisión, y les sujetó los pies con unas piezas de madera grandes y pesadas.

25. Cerca de la media noche, Pablo y Silas oraban y cantaban alabanzas a Dios, mientras los otros prisioneros escuchaban.

26. De repente, un fuerte temblor sacudió con violencia las paredes y los cimientos de la cárcel. En ese mismo instante, todas las puertas de la cárcel se abrieron y las cadenas de los prisioneros se soltaron.

27. Cuando el carcelero despertó y vio las puertas abiertas, pensó que los prisioneros se habían escapado. Sacó entonces su espada para matarse,

28. pero Pablo le gritó: «¡No te mates! Todos estamos aquí.»

29. El carcelero pidió que le trajeran una lámpara, y entró corriendo en la cárcel. Cuando llegó junto a Pablo y a Silas, se arrodilló temblando de miedo,

30. luego sacó de la cárcel a los dos y les preguntó:—Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?

31. Ellos le respondieron:—Cree en el Señor Jesús, y tú y tu familia se salvarán.

32. Pablo y Silas compartieron el mensaje del Señor con el carcelero y con todos los que estaban en su casa.

33. Después, cuando todavía era de noche, el carcelero llevó a Pablo y a Silas a otro lugar y les lavó las heridas. Luego, Pablo y Silas bautizaron al carcelero y a toda su familia.

34. El carcelero los llevó de nuevo a su casa, y les dio de comer. Él y su familia estaban muy felices de haber creído en Dios.

35. Por la mañana, los jueces enviaron unos guardias a decirle al carcelero que dejara libres a Pablo y a Silas.

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