1-2. En toda la región de Judea se supo que también los que no eran judíos habían recibido el mensaje de Dios. Así que, cuando Pedro regresó a Jerusalén, los apóstoles y los seguidores judíos se pusieron a discutir con él.
3. Y le reclamaron:—¡Tú entraste en la casa de gente que no es judía, y hasta comiste con ellos!
4. Pedro empezó a explicarles todo lo que había pasado:
5. —Un día, yo estaba orando en el puerto de Jope. De pronto, tuve una visión: Vi que del cielo bajaba algo como un gran manto, colgado de las cuatro puntas.
6. Miré con atención, y en el manto había toda clase de animales domésticos y salvajes, y también serpientes y aves.