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Hechos 11:1-2-19 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

1-2. En toda la región de Judea se supo que también los que no eran judíos habían recibido el mensaje de Dios. Así que, cuando Pedro regresó a Jerusalén, los apóstoles y los seguidores judíos se pusieron a discutir con él.

3. Y le reclamaron:—¡Tú entraste en la casa de gente que no es judía, y hasta comiste con ellos!

4. Pedro empezó a explicarles todo lo que había pasado:

5. —Un día, yo estaba orando en el puerto de Jope. De pronto, tuve una visión: Vi que del cielo bajaba algo como un gran manto, colgado de las cuatro puntas.

6. Miré con atención, y en el manto había toda clase de animales domésticos y salvajes, y también serpientes y aves.

7. Luego oí la voz de Dios, que me dijo: “Pedro, levántate; mata y come de estos animales.”

8. »Yo le respondí: “¡No, Señor, de ninguna manera! Nuestra ley no nos permite comer carne de esos animales. Yo jamás he comido alimentos prohibidos.”

9. »Pero Dios me dijo: “Si yo digo que puedes comer de estos animales, no digas que eso es malo.”

10. »Esto ocurrió tres veces. Luego Dios retiró el manto y lo devolvió al cielo.

11. Poco después llegaron tres hombres, que fueron a buscarme desde Cesarea.

12. El Espíritu Santo me dijo que fuera con ellos y que no tuviera miedo. Seis miembros de la iglesia de Jope fueron conmigo.»Al llegar a Cesarea, entramos en la casa de Cornelio.

13. Él nos contó que un ángel del Señor se le había aparecido y le había dicho: “Envía unos mensajeros a Jope, para que hagan venir a un hombre llamado Pedro.

14. El mensaje que él te va a dar hará que se salven tú y toda tu familia.”

15. »Yo empecé a hablarles, y de pronto el Espíritu Santo vino sobre todos ellos, así como nos ocurrió a nosotros al principio.

16. Y me acordé de que el Señor Jesús nos había dicho: “Juan bautizó con agua, pero a ustedes Dios los va a bautizar con el Espíritu Santo.”

17. »Entonces pensé: “Dios le ha dado a esta gente el mismo regalo que nos dio a nosotros los judíos, porque creímos en Jesús, el Mesías y Señor.” Y yo no soy más poderoso que Dios para ponerme en contra de lo que él ha decidido hacer.»

18. Cuando los hermanos judíos oyeron esto, dejaron de discutir y se pusieron a alabar a Dios. Y decían muy admirados: «¡Así que también a los que no son judíos Dios les ha permitido arrepentirse y tener vida eterna!»

19. Después de la muerte de Esteban, los seguidores de Jesús fueron perseguidos y maltratados. Por eso muchos de ellos huyeron a la región de Fenicia y a la isla de Chipre, y hasta el puerto de Antioquía. En todos esos lugares, ellos anunciaban las buenas noticias de Jesús solamente a la gente judía.

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