1-2. En toda la región de Judea se supo que también los que no eran judíos habían recibido el mensaje de Dios. Así que, cuando Pedro regresó a Jerusalén, los apóstoles y los seguidores judíos se pusieron a discutir con él.
3. Y le reclamaron:—¡Tú entraste en la casa de gente que no es judía, y hasta comiste con ellos!
4. Pedro empezó a explicarles todo lo que había pasado:
5. —Un día, yo estaba orando en el puerto de Jope. De pronto, tuve una visión: Vi que del cielo bajaba algo como un gran manto, colgado de las cuatro puntas.
6. Miré con atención, y en el manto había toda clase de animales domésticos y salvajes, y también serpientes y aves.
7. Luego oí la voz de Dios, que me dijo: “Pedro, levántate; mata y come de estos animales.”
8. »Yo le respondí: “¡No, Señor, de ninguna manera! Nuestra ley no nos permite comer carne de esos animales. Yo jamás he comido alimentos prohibidos.”
9. »Pero Dios me dijo: “Si yo digo que puedes comer de estos animales, no digas que eso es malo.”
10. »Esto ocurrió tres veces. Luego Dios retiró el manto y lo devolvió al cielo.