1. ¡Jesucristo nos ha hecho libres! ¡Él nos ha hecho libres de verdad! Así que no abandonen esa libertad, ni vuelvan nunca a ser esclavos de la ley.
2. Pero quiero decirles algo: Si ustedes se circuncidan, lo que hizo Cristo ya no les sirve de nada.
3. Les advierto una vez más: cualquiera que se circuncida está obligado a obedecer la ley.
4. Los que quieren que Dios los acepte por obedecer la ley, rechazan el amor de Dios y dejan de estar unidos a Cristo.
5. En cambio, a nosotros, el Espíritu nos da la seguridad de que Dios nos acepta porque confiamos en Cristo.
6. Gracias a lo que Cristo hizo, ya no importa si estamos circuncidados o no. Lo que sí importa es que confiamos en Cristo, y que esa confianza nos hace amar a los demás.
7. ¡Ustedes iban muy bien! ¿Quién les impidió seguir obedeciendo el verdadero mensaje?
8. Con toda seguridad no fue Dios, pues él mismo los invitó a obedecerlo.