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1 Tesalonicenses 2:8-20 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

8. Tanto los amamos y queremos que no sólo les habríamos anunciado la buena noticia de Dios sino que, de haber sido necesario, hasta habríamos dado nuestra vida por ustedes.

9. Hermanos míos, ustedes seguramente se acuerdan de lo duro que trabajamos para ganarnos la vida. Mientras les anunciábamos la buena noticia de Dios, trabajábamos de día y de noche, para que ninguno de ustedes tuviera que darnos dinero.

10. Ustedes confían en Dios, y nosotros nos hemos portado bien y correctamente con ustedes. Dios sabe que eso es cierto, y ustedes también. Nadie puede acusarnos de nada.

11. Saben que a cada uno de ustedes lo hemos tratado como trata un padre a sus hijos. Los animamos, los consolamos,

12. y también insistimos en que vivieran como deben vivir los que son de Dios, los que han sido llamados a compartir su propio reino y poder.

13. Además, siempre damos gracias a Dios porque, al llevarles su mensaje, ustedes lo aceptaron como si lo recibieran de parte de Dios y no de un ser humano. Y es verdad, ese mensaje es de Dios, y hace que los que confían en él cambien su manera de vivir.

14. A ustedes, hermanos, les pasó lo mismo que a los cristianos de las iglesias de Dios en Judea: ¡su propia gente se burló de ellos y los atacó! Eso les pasó a ustedes cuando gente de su propio país los buscó para maltratarlos.

15. Los judíos mataron al Señor Jesús y a los profetas, y luego nos echaron de su país. Ellos no hacen lo que a Dios le agrada, sino que están en contra de todos,

16. y a nosotros no nos dejan anunciar el mensaje de salvación a los que no son judíos. Así añaden más pecados a los que ya han cometido. Pero al final Dios los castigará terriblemente.

17. Sin embargo, hermanos míos, aunque nosotros nos separamos de ustedes por un tiempo, siempre los recordábamos con cariño y deseábamos mucho ir a verlos.

18. Intentamos visitarlos, y en más de una ocasión yo mismo traté de ir, pero Satanás nos lo impidió.

19. Teníamos deseos de verlos, pues cuando nuestro Señor Jesús regrese y nos pida cuentas, nos sentiremos orgullosos, felices y seguros de nuestro trabajo por ustedes.

20. ¡Ustedes son nuestro orgullo y alegría!

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