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1 Corintios 10:11-25-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

11. Todo eso le sucedió a nuestro pueblo para darnos una lección. Y quedó escrito en la Biblia, para que nos sirva de enseñanza a los que vivimos en estos últimos tiempos.

12. Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar, pues puede ser el primero en hacerlo.

13. Ustedes no han pasado por ninguna tentación que otros no hayan tenido. Y pueden confiar en Dios, pues él no va a permitir que sufran más tentaciones de las que pueden soportar. Además, cuando vengan las tentaciones, Dios mismo les mostrará cómo vencerlas, y así podrán resistir.

14. Por eso, queridos hermanos, no adoren a los ídolos.

15. Ustedes son personas inteligentes, y estoy seguro de que me entienden.

16. En la Cena del Señor Jesucristo, cuando tomamos la copa y pedimos que Dios la bendiga, todos nosotros estamos participando de la sangre de Cristo. Y cuando partimos el pan, también participamos todos del cuerpo de Cristo.

17. Aunque somos muchos, somos un solo cuerpo, porque comemos de un solo pan.

18. Por ejemplo, en el pueblo de Israel, los que comen la carne de los animales que se sacrifican en el altar del templo, participan de ellos con Dios y con los que toman parte en el sacrificio.

19. Eso no quiere decir que yo reconozca algún valor en los ídolos que otros pueblos adoran, o en los alimentos que se les ofrecen.

20. Cuando los que no creen en Cristo ofrecen algo, se lo dan a los demonios y no a Dios. ¡Y yo no quiero que ustedes tengan nada que ver con los demonios!

21. Ustedes no pueden beber de la copa en la Cena del Señor y, al mismo tiempo, beber de la copa que se usa en las ceremonias donde se honra a los demonios. Tampoco pueden participar en la Cena del Señor y, al mismo tiempo, participar en las fiestas para los demonios.

22. ¿O es que quieren que Dios se enoje? ¡Nosotros no somos más fuertes que Dios!

23. Algunos de ustedes dicen: «Yo soy libre de hacer lo que quiera.» ¡Claro que sí! Pero no todo lo que uno quiere, conviene; ni todo fortalece la vida cristiana.

24. Por eso, tenemos que pensar en el bien de los demás, y no sólo en nosotros mismos.

25-26. Dios es dueño de toda la tierra y de todo lo que hay en ella. Por lo tanto, ustedes pueden comer de todo lo que se vende en la carnicería, sin tener que pensar de dónde viene esa carne.

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