1. Dejemos que nuestra gentenos hable de las angustiasque ha pasado desde su juventud:
2. «Hemos pasado muchas angustiasdesde nuestra juventud,pero no han podido vencernos.
3. El enemigo nos hirió la espalda;¡nos hizo profundas heridas,como quien abre surcoscon un arado!
4. Pero Dios es justoy nos libró de los malvados».
5. ¡Que sean derrotadosy puestos en vergüenzatodos los que odian a Jerusalén!
6. ¡Que se marchiten como la hierbaque crece en el techo de la casa!