17. Pero iremos al frente del ejército y lucharemos junto a las demás tribus hasta que ellos también tengan un lugar donde vivir. Lo único que deseamos es dejar a nuestros hijos bien protegidos en las ciudades que construyamos, para que la gente de esta región no les haga daño.
18-19. Cuando los demás israelitas tengan también un lugar donde vivir, regresaremos a nuestro territorio, pues no queremos vivir con ellos del otro lado del río Jordán.
20-22. Y Moisés les dijo:—Está bien, pero para que no haya problemas, crucen el río Jordán con nosotros para ir a la guerra. Así obedecerán a Dios hasta que él derrote a sus enemigos y tome ese territorio. Luego podrán regresar a sus casas, pues habrán cumplido con Dios y con los israelitas.
23-24. »Construyan aquí ciudades para sus hijos y corrales para su ganado. Pero cumplan su promesa, porque si no lo hacen, cometerán un gran pecado contra Dios, y él los castigará.
25-27. Los de la tribu de Rubén y los de la tribu de Gad le dijeron a Moisés:—Somos tus servidores, y haremos lo que nos ordenes. Nuestros hijos y esposas, y todos nuestros animales, se quedarán en las ciudades de Galaad. Pero nosotros obedeceremos a Dios; iremos a pelear del otro lado del río Jordán.
28. Moisés habló con Josué, con el sacerdote Eleazar y los jefes de las tribus de Israel,
29. y les dijo:«Los de la tribu de Rubén y los de la tribu de Gad prometieron cruzar el río Jordán con ustedes para conquistar el territorio prometido. Luego quieren permiso para volver y vivir en la región de Galaad.
30. Pero si no cumplen su promesa, entonces tendrán que ir a vivir con todos ustedes en el territorio de Canaán».