30-31. Pero si sabe lo que yo quiero y a propósito no lo hace, esa persona me ha ofendido y se le deberá eliminar de mi pueblo».
32. Cuando los israelitas todavía vivían en el desierto, encontraron a un hombre juntando leña en sábado.
33. Entonces lo llevaron delante de Moisés y de Aarón y de todo el pueblo.
34. Como no sabían qué hacer con él, lo detuvieron esperando a que Dios les hablara.
35. Y Dios le ordenó a Moisés: «Saquen a ese hombre del campamento, y que todos lo apedreen hasta matarlo».
36. Y así lo hicieron los israelitas.
37. Después Dios le ordenó a Moisés: