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Nehemías 13:7-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

7. volví a Jerusalén y descubrí que Eliasib había hecho muy mal en darle a ese amonita una habitación en el templo de Dios.

8. Me enojé mucho, y ordené que sacaran todos los muebles de Tobías,

9. y mandé que purificaran el lugar. Después di instrucciones para que volvieran a colocar allí los utensilios del templo de Dios, los cereales y el incienso.

10. También me enteré de que a los ayudantes de los sacerdotes no se les habían dado sus alimentos, por lo que ellos y los cantores habían tenido que irse a sus propios campos.

11. Entonces reprendí a las autoridades por haber descuidado el templo de Dios, y mandé llamar a los ayudantes de los sacerdotes y cantores. Los volví a colocar en sus puestos,

12. y todos los de Judá trajeron a las bodegas del templo los diezmos de trigo, vino y aceite.

13. Después puse al sacerdote Selemías, al secretario Sadoc y al ayudante Pedaías como jefes de las bodegas, y nombré como ayudante de ellos a Hanán hijo de Zacur, nieto de Matanías. Eran hombres de confianza, y se encargarían de hacer una buena distribución de las provisiones a sus compañeros.

14. Luego de hacer eso, le dije a Dios: «¡Dios mío, toma en cuenta esto que acabo de hacer, y no te olvides de todo lo bueno que he hecho por tu templo y por el culto!»

15. En ese tiempo vi que en Judá, los sábados, algunos hacían vino y llevaban manojos de trigo sobre los burros. También cargaban vino, racimos de uvas, higos y toda clase de cargas, y todo eso lo traían a Jerusalén para venderlo. Entonces los reprendí por eso.

16. Además, algunos de Tiro que vivían en la ciudad, llevaban pescado y toda clase de productos a Jerusalén, para vendérselos a la gente de Judá los días sábados.

17. Entonces reprendí así a los jefes de Judá:«¡Está muy mal lo que hacen! ¡No están respetando el día sábado!

18. Acuérdense de que cuando sus antepasados hicieron lo mismo, Dios nos castigó a nosotros y también a esta ciudad. Si ustedes no descansan y adoran a Dios el día sábado, él nos castigará aún más».

19. Entonces ordené que los portones de Jerusalén se cerraran en cuanto empezara a anochecer el viernes, y que no se abrieran hasta el anochecer del sábado. Puse a algunos de mis ayudantes para que vigilaran las entradas y no dejaran entrar ninguna carga en día sábado.

20. Una o dos veces, algunos comerciantes y vendedores pasaron la noche fuera de Jerusalén.

21. Yo discutí con ellos y les advertí que, si volvían a pasar la noche junto al muro, los sacaría de allí por la fuerza. Desde entonces no volvieron a presentarse en día sábado.

22. Luego ordené a los ayudantes de los sacerdotes que se purificaran, y fueran a vigilar las entradas para que se respetara el día sábado. Entonces le dije a Dios: «¡Dios mío, tampoco olvides esto que he hecho! Ya que eres tan bueno, ¡ten compasión de mí!»

23. En ese tiempo vi también que algunos judíos se habían casado con mujeres de países como Asdod, Amón y Moab.

24. La mitad de sus hijos hablaban el idioma de Asdod y de otros países, pero no conocían el idioma de los judíos.

25. Discutí con esos hombres y los maldije. A algunos les di de golpes, les arranqué el cabello y los obligué a prometer, en nombre de Dios, que ni ellos ni sus hijos o hijas se casarían con extranjeros.

26. Además, les recordé:«Ustedes han cometido el mismo pecado que cometió Salomón. Entre muchas naciones no hubo un rey como él. Dios lo amó y lo puso como rey sobre Israel, pero fueron sus esposas extranjeras las que lo hicieron pecar.

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