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Jueces 6:27-40 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

27. Así que esa noche Gedeón se llevó a diez de sus sirvientes e hizo lo que Dios le había ordenado. No se atrevió a hacerlo de día por miedo a su familia y a gente de la ciudad.

28. A la mañana siguiente, cuando los habitantes de la ciudad se levantaron, vieron que el altar de Baal había sido derribado, y que habían destruido la estatua de Aserá. Vieron, además, que el mejor toro había sido sacrificado sobre el nuevo altar.

29. Unos a otros se preguntaban: «¿Quién habrá hecho esto?»Después de buscar y averiguar, se enteraron de que Gedeón lo había hecho.

30. Entonces buscaron al padre de Gedeón y le dijeron:—¡Trae aquí a tu hijo! Lo vamos a matar, porque ha derribado el altar de Baal y destruido la estatua de la diosa Aserá.

31. Pero Joás les dijo a todos:—¡Ahora resulta que ustedes están de parte de Baal, y lo quieren defender! ¡Pues cualquiera que lo defienda, que muera antes del amanecer! Si Baal es dios, que se defienda a sí mismo. Después de todo, el altar derribado era suyo.

32. Desde entonces le cambiaron el nombre a Gedeón y lo llamaron Jerubaal, porque Joás había dicho: «¡Que Baal se defienda a sí mismo! El altar derribado era suyo».

33. Después de esto, todos los madianitas se unieron a los amalecitas y a los pueblos del este. Cruzaron el río Jordán y acamparon en el valle de Jezreel.

34. Pero Gedeón, guiado por el espíritu de Dios, tocó la trompeta para que se le uniera la gente de Abiézer.

35. Mandó mensajeros por todo el territorio de la tribu de Manasés, para que también esta tribu se les uniera. Además, envió mensajeros a las tribus de Aser, Zabulón y Neftalí, y todos se le unieron.

36. Y Gedeón le dijo a Dios:«Quiero saber si de veras me vas a usar para liberar a los israelitas, tal y como me dijiste.

37. Voy a poner esta lana de oveja en el lugar donde se limpia el trigo. Si por la mañana la lana está mojada de rocío, pero el suelo alrededor está seco, sabré que de veras me vas a usar para salvar a los israelitas».

38. Y eso fue lo que ocurrió. Al día siguiente muy temprano, cuando Gedeón se levantó, exprimió la lana y sacó tanta agua que llenó un tazón.

39. Después Gedeón le dijo a Dios: «¿No te enojas si te digo algo? Déjame, por favor, hacer una prueba más. Que esta vez la lana quede seca y el rocío caiga sólo sobre el suelo».

40. Y eso fue lo que Dios hizo aquella noche. A la mañana siguiente la lana estaba seca, pero el suelo estaba todo mojado.

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