Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Josué 24:14-30 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

14. Luego Josué añadió:—Respeten a Dios, obedézcanlo, y sean fieles y sinceros con él. Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraban en Mesopotamia y en Egipto, y obedezcan sólo a Dios.

15. Si no quieren serle obedientes, decidan hoy a quién van a dedicar su vida. Tendrán que elegir entre los dioses a quienes sus antepasados adoraron en Mesopotamia, y los dioses de los amorreos en cuyo territorio ustedes viven ahora. Pero mi familia y yo hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios.

16. El pueblo le respondió:—¡Nunca abandonaremos a nuestro Dios! ¡Jamás seguiremos a otros dioses!

17. Dios puso en libertad a nuestros antepasados; nos libró de la esclavitud de Egipto. Sabemos de los milagros que él hizo, y de cómo nos ha protegido al pasar por muchas naciones hasta llegar aquí.

18. Dios expulsó a todos los pueblos que estaban en nuestro camino, y a los amorreos que aquí vivían. Por eso obedeceremos a nuestro Dios.

19. Josué les dijo:—No es fácil vivir para Dios. Él no tolera el pecado ni acepta dioses rivales, y espera que se le obedezca en todo. Si le son infieles no los va a perdonar.

20. »Aunque siempre ha sido bueno con ustedes, se enojará si lo abandonan y adoran a otros dioses. ¡Los castigará y los destruirá por completo!

21. El pueblo le respondió a Josué:—¡Jamás haremos tal cosa! ¡Hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios!

22. Josué les dijo entonces:—Ustedes mismos son sus propios testigos de que han decidido vivir para Dios.—¡Así es! —respondieron ellos.

23. Josué añadió:—Entonces desháganse de esos dioses que todavía tienen, y prometan ser fieles al Dios de Israel.

24. Y el pueblo respondió:—Nosotros viviremos para Dios, y sólo obedeceremos sus órdenes.

25. Así fue como aquel día Josué y el pueblo reafirmaron en Siquem su pacto con Dios. En ese pacto se insistió una vez más en las leyes y mandamientos que el pueblo debía obedecer.

26. Josué los escribió en el libro de la Ley de Dios. Luego tomó una gran piedra y la colocó debajo del roble que está junto al santuario de Dios.

27. Le dijo a todo el pueblo:—Esta piedra que ven aquí, es testigo de todo lo que nuestro Dios nos ha dicho. La pongo aquí para recordarles que deben ser fieles a nuestro Dios.

28. Luego Josué despidió al pueblo y cada uno se volvió a su propio territorio.

29. Algún tiempo después murió Josué. En el momento de su muerte, este servidor de Dios tenía ciento diez años.

30. Lo enterraron en su propio territorio, en Timnat-sérah, que está en la región montañosa de la tribu de Efraín, al norte del monte Gaas.

Leer capítulo completo Josué 24