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Jeremías 36:21-32 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

21. Entonces el rey mandó a Jehudí a buscar el libro. Cuando Jehudí volvió, le leyó el libro al rey y a todos los jefes que estaban con él.

22. Era el mes de Quislev, y hacía frío, así que el rey estaba en su casa de invierno, sentado junto a un calentador.

23. A medida que Jehudí leía tres o cuatro columnas, el rey las cortaba con una navaja y las arrojaba al fuego. Así lo hizo, hasta quemar todo el libro.

24. Mientras el rey y los jefes escuchaban las palabras escritas en el libro, no tuvieron miedo ni se mostraron arrepentidos.

25. Elnatán, Delaías y Guemarías le rogaban al rey que no quemara el libro, pero él, en vez de hacerles caso,

26. mandó que a mí y a Baruc nos metieran en la cárcel. Enseguida salieron a buscarnos su hijo Jerahmeel, Seraías hijo de Azriel, y Selemías hijo de Abdeel, pero Dios no permitió que nos encontraran.

27. Después de que el rey quemó todo el libro que yo le había dictado a Baruc, Dios me habló de nuevo. Me dijo:

28. «Jeremías, ve y consigue más pedazos de cuero, y vuelve a escribir en ellos todo lo que estaba escrito antes y que Joacín quemó.

29. Además, ve a hablar con Joacín, y dile de mi parte lo siguiente:“Tú quemaste aquel libro, y te atreviste a reclamarle a Jeremías por haberlo escrito. Pero no dudes ni por un momento que el rey de Babilonia va a destruir este país, y va a acabar con todas las personas y con todos los animales que aquí viven.

30. Y quiero que sepas, Joacín, que ninguno de tus hijos llegará a ser rey de Judá. Tu cadáver no será enterrado, sino que quedará al aire libre, recibiendo el calor del día y el frío de la noche.

31. Yo castigaré tu pecado, el de tus hijos y el de tus sirvientes. Voy a mandar una desgracia contra ellos, y contra los que viven en Jerusalén y en Judá. ¡Y todo esto les pasará porque no me hicieron caso!”»

32. Yo fui y conseguí otros pedazos de cuero, y se los di al secretario Baruc, para que escribiera en ellos todo lo que yo le dictara. Y le dicté lo mismo que decía en el libro que el rey Joacín había quemado, aunque esta vez agregué muchas otras cosas.

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