10. Llamé a unos testigos, y delante de ellos le pagué y firmé la escritura del terreno.
11. Se hicieron dos copias de este documento, y en las dos copias se explicaban las condiciones de compraventa; una de ellas quedó sellada, y la otra quedó abierta.
12. Yo le entregué las dos copias a Baruc, que era hijo de Nerías y nieto de Maaseías. Esto lo hice delante de mi primo Hanamel, de los testigos que habían firmado la escritura, y de toda la gente de Judá que estaba sentada en el patio de la guardia.
13. También delante de ellos le dije a Baruc:
14. «El Dios todopoderoso te ordena recibir esta escritura, tanto la copia sellada como la copia abierta. Guárdalas en una vasija de barro, para que no se echen a perder.
15. Dios nos promete que en este país volveremos a comprar casas, terrenos y viñedos».
16. Después de entregarle a Baruc la escritura, le pedí a Dios en oración:
17. «Dios de Israel, tú, con tu extraordinario poder, has creado el cielo y la tierra. ¡No hay nada que tú no puedas hacer!
18. Demuestras tu gran amor a miles de personas, pero también castigas a los hijos por el pecado de sus padres. ¡Tú eres grande y poderoso! ¡Por eso te llaman Dios del universo!
19. Tus planes son maravillosos, pero aún más maravilloso es todo lo que haces. Tú estás al tanto de todo lo que hacemos, y a cada uno nos das lo que merecen nuestras acciones.
20. »Todos saben de los milagros que hiciste en Egipto, y de los que sigues haciendo en todo el mundo.
21. Tú nos sacaste de Egipto con gran poder, por medio de milagros que a todos llenaron de miedo.
22. Tú nos diste este país muy fértil, donde siempre hay abundancia de alimentos, tal como se lo habías prometido a nuestros antepasados.