19. »Y aunque Miqueas dijo esto, no lo mataron. Al contrario, el rey y el pueblo se humillaron ante Dios, y él los perdonó. Pero si nosotros matamos a Jeremías, Dios nos castigará».
20. Además de Jeremías, el profeta Urías hijo de Semaías, que era del pueblo de Quiriat-jearim, habló en contra de Jerusalén y del país.
21. Y como el rey Joacín y sus jefes y asistentes oyeron la denuncia del profeta, el rey intentó matarlo.Cuando Urías se enteró de los planes del rey Joacín, tuvo miedo y huyó a Egipto.
22. Pero el rey envió a Elnatán hijo de Acbor y a otros hombres, para que buscaran a Urías.
23. Cuando lo encontraron, lo trajeron ante el rey. Entonces el rey mandó que mataran al profeta y que arrojaran su cadáver a una fosa en donde echaban muertos.
24. Sin embargo, Jeremías contó con la protección de un hombre importante llamado Ahicam hijo de Safán. Por eso no fue entregado al pueblo y se libró de que lo mataran.