18. Pero ese dolor no produjo nada.No le dimos a nuestro paísla alegría de la victoriani tampoco la alegríade tener muchos hijos.
19. Pero somos tu pueblo,y aunque estemos destruidos,volveremos a vivir.Tú llenarás de vida y alegríaa esta nación sin vida.
20. »¡Vamos, pueblo mío,entra ya en tu ciudad!Cierra los portones y esperaa que Dios calme su enojo.
21. Dios saldrá de su palacioy castigará por su maldada los que habitan la tierra.Los crímenes de los violentosno quedarán sin castigo».