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Génesis 31:28-45 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

28. ¡Lo que has hecho es una locura! ¡Ni siquiera un beso me dejaste darles a mis hijas y a mis nietos!

29. Ganas no me faltan de hacerles daño, pero anoche el Dios de tu padre me ordenó que no te dijera nada.

30. Si tanto te urgía volver a la casa de tu padre, no tenías por qué robarte mis dioses.

31-32. Como Jacob no sabía que Raquel se los había robado, le contestó:—La verdad, tuve miedo de que me quitaras a tus hijas por la fuerza. En cuanto a tus dioses, pasa y busca tú mismo. Si encuentras algo tuyo entre lo mío, te lo puedes llevar. Y si alguien aquí tiene tus dioses, no quedará con vida. Nuestros parientes son testigos.

33. Labán entró en la tienda de campaña de Jacob, y luego en la tienda de Lía y de las dos esclavas, pero no encontró nada; finalmente entró en la de Raquel.

34-35. Pero Raquel había puesto los ídolos bajo la montura del camello, y se había sentado sobre ellos, por eso le dijo a su padre: «No se enoje si no me levanto, pero es que estoy con mi menstruación».Y así, aunque Labán buscó y rebuscó por toda la tienda, no pudo encontrar sus ídolos. Al verlo buscar por todos lados,

36. Jacob se enojó y le reclamó:—¿De qué se me acusa? ¿Cuál es mi delito, que me has perseguido como a un criminal?

37. Ya has revisado todo lo que tengo, ¿y qué encontraste que sea tuyo? A ver, ponlo aquí, delante de nuestros parientes, para que ellos nos den su opinión.

38. »En los veinte años que he vivido contigo, jamás me comí un solo carnero de tus rebaños, ni tus ovejas ni tus cabras perdieron sus crías.

39. Si alguna fiera mataba una oveja, yo te la pagaba; y si en el día o en la noche alguien se robaba un animal, tú me lo cobrabas.

40-41. Los veinte años que viví en tu casa los pasé en las peores condiciones: ahogándome de calor en el día, y muriéndome de frío en la noche, ¡y hasta el sueño se me iba! Catorce años trabajé para ti por tus dos hijas, y seis años por tus rebaños, ¡y más de una vez me rebajaste el sueldo!

42. ¡Qué bueno que el Dios de mi abuelo Abraham me brindó su ayuda! El Dios de mi padre Isaac fue bueno conmigo, pues me vio cansado y afligido, y anoche te reprendió. Si Dios no lo hubiera hecho, tú me habrías despedido sin nada.

43. Labán respondió:—Estas mujeres son mis hijas, estos niños son mis nietos, y estas ovejas son de mis rebaños. ¡No hay aquí nada que no sea mío! ¡Pero tampoco puedo hacerles daño!

44. Mejor hagamos un trato que nos comprometa a los dos.

45. Entonces Jacob tomó una gran piedra para hacer una columna,

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