1. El poder de Dios vino sobre mí, y su espíritu me llevó a un valle que estaba lleno de huesos.
2. Me hizo recorrer el valle de un lado a otro, y pude ver que allí había muchísimos huesos, y que todos estaban completamente secos.
3. Entonces Dios me dijo:—Ezequiel, hombre mortal, ¿crees que estos huesos puedan volver a la vida?Yo le respondí:—Dios mío, sólo tú lo sabes.
4-5. Dios me dio entonces esta orden:—Diles de mi parte a estos huesos que presten atención a este mensaje: “¡Huesos secos, yo voy a soplar en ustedes, para que reciban el aliento de vida y revivan!
6. Voy a ponerles tendones, y a recubrirlos de carne y piel. Voy a darles aliento de vida, para que revivan. Así reconocerán que yo soy el Dios de Israel”.