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Ezequiel 30:9-23-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

9. ”Etiopía está muy confiada,pero yo enviaré mensajeros por marpara que la espantencuando yo castigue a Egipto.¡Ese día ya está cerca!

10. ”Por medio de Nabucodonosor,rey de Babilonia,acabaré con las riquezas de Egipto.

11. No hay en el mundosoldados más violentosque los de Nabucodonosor.Cuando ellos destruyan a Egipto,dejarán el país lleno de muertos.

12. Dejaré sin agua al río Nilo,y a Egipto entero lo pondrébajo el poder de gente malvadaque lo llevará a la ruina.Les juro que cumpliré mi palabra.

13-17. ”En Menfisdestruiré a los dioses falsos,¡esos ídolos malolientes!Egipto se quedará sin rey,y todos los que allí vivense llenarán de miedo.Destruiré la ciudad de Patros;a Soan le prenderé fuego,y a Tebas le daré su merecido.Sobre la ciudad de Sindescargaré mi enojo,y nunca más volverá a serla fortaleza de Egipto.Acabaré con las riquezas de Tebas,y dejaré que en sus murallasse abran grandes huecos.A todo Egipto le prenderé fuego,y todos en el puerto de Sinse retorcerán de dolor.Menfis, On y Bubastisserán conquistadas en pleno día.Los jóvenes morirán en la batalla,y las mujeres serán hechas prisioneras.Les juro que cumpliré mi palabra.

18. ”Egipto es un país poderoso,y eso lo llena de orgullo;pero, cuando yo lo destruya,todo el país quedará a oscuras;se nublará la ciudad de Tafnes,y sus mujeres serán capturadas.

19. Cuando yo le dé a Egiptoel castigo que se merece,reconocerán que yo soy Dios”».

20. Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia. El día siete del mes de Abib, Dios me dijo:

21. «Ezequiel, hombre mortal, ya le he roto un brazo al rey de Egipto, y no podrá volver a tomar su espada para pelear. Está herido, y nadie lo ha curado ni le ha vendado las heridas.

22. Yo, el Dios de Israel, les anuncio que me he puesto en contra del rey de Egipto. Ya le he roto un brazo, y voy a romperle los dos, para que no pueda manejar la espada.

23-26. »Ahora voy a fortalecer los brazos del rey de Babilonia, que es enemigo de Egipto, y hasta le prestaré mi espada. El rey de Egipto está sin fuerzas y tiene los brazos rotos. Cuando el rey de Babilonia lo ataque con mi espada, llorará de dolor como si estuviera a punto de morir. A los egipcios los dispersaré por todos los pueblos y naciones del mundo. Entonces ellos reconocerán que yo soy el Dios de Israel».

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