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Éxodo 8:17-32 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

17. Moisés y Aarón hicieron lo que Dios les ordenó. Aarón extendió el brazo y con su vara golpeó el polvo del suelo. Al instante, todo el polvo de Egipto se convirtió en mosquitos que picaban a la gente y a los animales.

18. Los magos de Egipto intentaron hacer lo mismo, pero no pudieron. Y como los mosquitos seguían atacando a la gente y a los animales,

19. los magos fueron a ver al rey y le dijeron: «¡Dios está haciendo todo esto!»Una vez más, todo sucedió como Dios lo había dicho: El rey de Egipto se puso terco y no les hizo caso ni a Moisés ni a Aarón.

20. Entonces Dios le dijo a Moisés:«Levántate mañana muy temprano, y cuando el rey baje al río le saldrás al encuentro y le dirás de mi parte que deje salir a mi pueblo para que vaya a adorarme.

21. Si no los deja ir, yo enviaré muchas moscas para que lo molesten a él, y a sus servidores y a su pueblo. Todas las casas egipcias se llenarán de moscas, y habrá moscas hasta en el suelo.

22-23. Sin embargo, no enviaré moscas sobre la región de Gosén, donde vive mi pueblo; las moscas atacarán a los egipcios, pero no a los israelitas. Esto lo haré mañana mismo. Así sabrá el rey de Egipto, que el Dios de los israelitas está en su país».

24. Y Dios cumplió lo que había anunciado: envió muchísimas moscas, que se metieron en el palacio del rey y en las casas de sus servidores. Todo Egipto se llenó de moscas y quedó arruinado.

25. Al ver esto el rey, mandó a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo:—Vayan y adoren a su Dios, pero no salgan del país.

26. Moisés le contestó:—No creo que debamos hacerlo. A los egipcios no les gustará vernos adorar a nuestro Dios y ofrecerle animales que para ellos son sagrados. Si llegan a vernos haciéndolo, lo más seguro es que nos maten a pedradas.

27. Es mejor que vayamos al desierto, hasta donde lleguemos en tres días, y que allí le ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios, tal como él nos lo ha ordenado.

28. El rey contestó:—Yo los dejaré ir al desierto a ofrecer sacrificios a su Dios, siempre y cuando no se alejen mucho, y le pidan a su Dios por mí.

29. Moisés dijo:—En cuanto salga yo de aquí, le pediré a Dios que mañana mismo aleje de Egipto las moscas. Pero lo haré siempre y cuando Su Majestad permita, de una vez por todas, que mi pueblo vaya y ofrezca sacrificios a nuestro Dios.

30-31. Moisés salió del palacio y le pidió a Dios que alejara del rey las moscas, y Dios así lo hizo. No quedó una sola mosca.

32. Pero el rey volvió a ponerse terco y no dejó salir a los israelitas.

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