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Éxodo 5:1-15 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

1. Después de hablar con los israelitas, Moisés y Aarón fueron a ver al rey de Egipto y le dijeron:—El Dios de los israelitas, envía este mensaje a Su Majestad: “Deja que mi pueblo Israel vaya al desierto, para que haga allí una fiesta en mi honor”.

2. Pero el rey contestó:—¿Y quién es ese Dios? ¿Por qué tendría yo que obedecerlo? ¡No conozco a ningún Dios de los israelitas, ni tampoco voy a dejar que ustedes se vayan!

3. Moisés y Aarón le dijeron:—Pues él es nuestro Dios y ha venido a ayudarnos. Tenemos que ir al desierto, hasta donde lleguemos en tres días, y presentarle allí nuestras ofrendas. Si no lo hacemos así, tal vez nos castigue con alguna enfermedad, o nos haga morir en la guerra.

4-5. Pero el rey les contestó:—¡Mejor vayan a trabajar! ¡Miren a cuánta gente están distrayendo!

6. Ese mismo día el rey les ordenó a los capataces y a los jefes de trabajo:

7. «Ya no les den paja a los israelitas para los ladrillos que tienen que hacer. Déjenlos que vayan ellos a recogerla.

8. Pero exíjanles que hagan la misma cantidad de ladrillos; ¡ni uno menos! Estos israelitas son unos haraganes; por eso andan gritando que los dejemos ir al desierto para adorar a su Dios.

9. Ustedes háganlos trabajar más todavía. Manténgalos tan ocupados que no tengan tiempo de creer en las mentiras de Moisés y de Aarón».

10. Los capataces y los jefes de trabajo fueron a decirles a los israelitas:«El rey de Egipto nos manda a decirles que ya no vamos a darles paja para los ladrillos,

11. sino que ustedes tienen que ir a buscarla y recogerla donde puedan. Pero deben entregar la misma cantidad de ladrillos de siempre».

12. Los israelitas recorrieron todo Egipto en busca de hierba seca, para usarla en lugar de la paja que antes les daban.

13. Los capataces les decían: «¡Apúrense! Cada día tienen que entregar la misma cantidad de ladrillos que hacían cuando se les daba paja».

14. Pero como no podían hacerlo, los capataces golpeaban a los jefes israelitas que habían puesto para vigilar el trabajo. Les decían: «Ya van tres días que no han entregado la misma cantidad de ladrillos».

15. Entonces los jefes israelitas fueron a quejarse ante el rey. Le dijeron:—¿Por qué nos trata así Su Majestad?

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