1. »Si le ofrecen a Dios un toro o una oveja, asegúrense de que estén en perfecto estado, porque a él no le agradan las ofrendas con defectos.
2-3. »Nuestro Dios les dará ciudades donde puedan vivir. Pero tal vez haya quienes comiencen a adorar dioses falsos. Si adoran al sol, a la luna o a las estrellas, estarán desobedeciendo a Dios y rompiendo el pacto que hicieron con él.
4. Cuando sepan que alguno de ustedes está haciendo eso, antes que nada investiguen si es verdad. Y si realmente está cometiendo un pecado tan terrible,
5. lleven a esa persona ante el tribunal de la ciudad, que deberá condenarla a morir apedreada.
6. »Ahora bien, un solo testigo no basta para condenar a muerte a una persona. Sólo podrán condenar a muerte a alguien si hay dos o tres testigos de la falta cometida.
7. Si la persona es culpable, los primeros en arrojarle piedras serán los testigos; luego la apedreará todo el pueblo. Así lograrán que no haya maldad entre ustedes.
8. »En casos más difíciles, como cuando alguien mata a otro, o cuando en un gran pleito hay heridos, tendrán que ir al Santuario.
9. Allí hablarán con los sacerdotes y con quien en ese momento sea el juez, y les explicarán lo sucedido. Ellos decidirán qué hacer con el culpable.
10-11. Ustedes, por su parte, deberán seguir fielmente todas las instrucciones que ellos les den para castigarlo.
12. »Si alguno de ustedes, por orgullo, se niega a aceptar la decisión del juez o del sacerdote, que son servidores de Dios, será condenado a muerte.»Si ustedes obedecen estos mandamientos, no habrá maldad en Israel,
13. porque el pueblo tendrá miedo y entenderá que no debe ser orgulloso».