19. »Luego de eso nuestro Dios nos ordenó partir del monte Horeb y trasladarnos a los montes donde vivían los amorreos. Con mucho miedo, atravesamos el gran desierto y llegamos a Cadés-barnea.
20-21. Allí les dije que nuestro Dios nos había dado la región montañosa de los amorreos; también los animé a conquistar ese territorio, tal y como Dios lo había ordenado.
22. Pero ustedes me pidieron que primero enviara espías, para que vieran cómo era el territorio, cuál era el mejor camino a seguir, y qué ciudades nos íbamos a encontrar.
23. »Yo estuve de acuerdo, y elegí a doce espías, uno por cada tribu.
24. Ellos fueron a explorar las montañas, y llegaron al valle de Escol.
25. Allí tomaron algunos de los frutos de esa región, y nos informaron que el territorio que nuestro Dios nos iba a dar era de lo mejor.
26. »Sin embargo, ustedes desobedecieron las órdenes de Dios y no quisieron ir.
27. Al contrario, regresaron a sus casas y se quejaron de Dios. Pensaron que Dios no los quería, y que los había sacado de Egipto sólo para que los amorreos los destruyeran.